sábado, febrero 21, 2009

Creer en la ciencia es también creer


Este es un artículo apasionante de Armando Segura, Catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, que recientemente ha publicado en el Ideal de Granada. Creo que merece la pena difundirlo urbi et orbe en tiempos en que se duda de toda clase de creencias.

"QUIENES piensan que el ateísmo y el laicismo son tan verdaderamente evidentes, que vale la pena legislar su implantación en las escuelas, parecen sentir, sin embargo, la necesidad de demostrar aquella evidencia. El caso es que lo evidente no se puede demostrar e intentar hacerlo, muestra la debilidad de la argumentación.

La cuestión es bien sencilla. Para estos autores, lo que se ve es claro siempre que se vea tal como se ve. Lo que no se ve, es oscuro y de lo oscuro no cabe esperar luz ni ciencia. En consecuencia, la fe, que enseña a creer lo que no se ve, no merece el estatuto de opinión libre sino más bien, un apartado en el sistema de diagnóstico mental (DMS).

¿Por qué tanto esfuerzo, ahora que la ciencia hace décadas, especialmente desde Popper, ha tocado fondo y ha descreído de sus antiguas pretensiones de certezas absolutas? ¿Por qué tanta inseguridad y nerviosismo que lleva, incluso a invertir en publicidad? ¿Acaso temen que haya llegado el fin de los tiempos y una ola de fundamentalismo nos invada?

Las matemáticas siempre han sido un continente poblado de creyentes desde la antigüedad. No es para menos. Basta analizar con serenidad como la materia que se ve, obedece a las matemáticas que no se ven, cómo los relojes atómicos miden la velocidad de desintegración de los átomos, según leyes inmutables. La regla que mide el tiempo no es temporal y, en consecuencia, la conciencia del tiempo tampoco lo es.

Esta es la razón de que Popper definiese la autoconciencia del modo más original que conozco: «un ver, viendo que ve, viéndose ver».

Cuando Gödel demostró en 1923 que ningún sistema puede ser enteramente formalizado y siempre quedan cabos sueltos, cuando Poincaré fundamentó el método científico sobre la idea de que los principios son siempre convencionales, cuando Gauss inició la larga cadena de geometrías curvas, que tenían poco que ver con el sentido común, cuando Einstein defendió rigurosamente que cualquier cambio en la materia tiene una causa determinada, aunque carezcamos del instrumento adecuado para conocerla, cuando el agustino polaco Méndel sentó las bases de la genética, cuando el matemático Cántor demostró que los números irracionales son una clase de los reales, cuando Popper y Eccles defendieron la existencia de la mente, esencialmente distinta del cerebro, o cuando el mismo Popper establece que no existen leyes científicas absolutamente ciertas sino mientras no se demuestre lo contrario, evidenciaban que los científicos creyentes (en Dios o en la ciencia) están en muy buenas condiciones para abrir brecha en la vanguardia de la investigación.

¿Puede un creyente ser científico? o más bien ¿cómo puede un científico no ser creyente?

Creer es una función específicamente humana, consistente en desarrollar dos perspectivas complementarias: La primera postula que sólo si se cree, se puede investigar en ciencia, pues, las leyes científicas no son tangibles sino pensables.

¿Se puede hacer ciencia y creer sólo en lo que se ve? Imposible.

En segundo lugar, una vez creyentes en el valor (relativo) de la ciencia, es posible hacer ciencia hasta toparse con el límite que lleva consigo la materia. Todo lo material admite peso y medida, es decir, no puede rebasar su propio peso y su propia medida.

Por tanto, por un lado, las leyes científicas no se ven y son ilimitadas, por otra, su aplicación en el espacio-tiempo es necesariamente limitada y ciertamente que ese límite es perfectamente visible.

La misma fe por la que se cree en la ciencia se basa en la idea de que todo lo pensable es posible y todo lo posible está esperando el método que lo haga real. Leibniz, uno de los inventores del cálculo infinitesimal, fundaba la noción de libertad (y de Dios) en la idea de posibilidad.

Si sólo crees en lo que ves, para ti, sólo será posible lo que ves (¡ esto es lo que hay!). Si crees que más allá de lo que ves hay infinitas posibilidades, no es que estés soñando despierto, sino que estás pensando matemáticamente en lo posible, en lo probable y en lo factible.

Está muy claro que la matemática es el alma de la materia a todos sus niveles: atómico, molecular y químico, biológico y genético, neuronal, etc. Merece el nombre de alma, porque, si por un momento, los elementos que componen la materia, dejasen de guardar las leyes eternas e inmutables de la ciencia matemática, la misma materia dejaría de existir.

Lo que no se ve, lo que solamente se puede pensar, lo inmutable, es el fundamento de lo que se ve y mudable. Verdaderamente todo está impregnado de pensamiento.

Si consigo descubrir la fórmula tengo el concepto y su inmaterialidad, me permite emplearla cuantas veces quiera. Las fórmulas no se desgastan son universales, los ingredientes materiales sí.

Estrictamente, desde el punto de vista científico lo que se ve no existiría sin el alma matemática que no se puede ver, pero sí se puede pensar.

La libertad se apoya en la posibilidad. De ahí que muchos ateos sean deterministas y nieguen la existencia del libre albedrío. Dios es, sin lugar a duda, el horizonte de toda posibilidad, o sea, de toda libertad.

Ahora, habrá que explicar porque hay quienes desde la ciencia, acusan a la fe de oscurantista.

Creer en lo visible lo hace cualquiera, creer lo que no se ve es el motor y la condición de todo progreso científico y no científico.

No creer, no fiarse, es romper la estructura misma del lenguaje que se apalanca en el juicio. El lenguaje humano es un afirmar algo de algo. Si no te fías de lo que te dicen, más aún, si no te fías de nadie y nadie se fía de ti, en estas condiciones, ninguna sociedad se sostiene. Por esta razón los embusteros y quienes los aplauden, siempre juran (o prometen) que dicen la verdad. Si no les creyera nadie, su autoridad se vendría abajo de inmediato. Sin fe, no hay sociedad posible. Ni vida."

sábado, febrero 14, 2009

Garzón, el mercachifle de la judicatura


Uno de los principios básicos y sagrados en la justicia es la imparcialidad y neutralidad en los procedimientos. Es decir, el trato igual por parte del juez ante hechos y circunstancias iguales. La Constitución española consagra en su artículo 14 el principio de igualdad ante la ley. Un buen sistema judicial debe garantizar con eficacia la independencia e imparcialidad del juez en la resolución de conflictos evitando la politización de la judicatura. Un juez debe aplicar estrictamente la norma jurídica en virtud de pruebas. Está sujeto a error y a corrupción como cualquier ser humano y a responsabilidad civil y penal ante los propios conciudadanos. Sus resoluciones o conductas inaceptables deben ser criticadas. Debe estar dotado de gran prudencia, honestidad, sentido común, clara sensatez y carencia de protagonismo en la función de juzgar. Además de un respeto a la norma y al procedimiento por encima de teorías, ideologías u opciones políticas personales. Las decisiones judiciales tienen un efecto directo e inmediato en la sociedad, deben realizarse de forma sosegada y sin filtración a los medios para evitar el juicio mediático.

Garzón, una vez más, con la presunta corrupción de personas vinculadas al Partido Popular (P.P.) ha actuado como un mercachifle de la judicatura, un vendedor ambulante que con su resonancia clamorosa ha lesionado el prestigio de la institución y ha invadido campos ajenos. Ha evidenciado un bajo perfil moral al actuar en plena campaña electoral produciendo un efecto político pernicioso contra el P.P. y obteniendo réditos electorales para el P.S.O.E.. Es de dominio público que cesó temporalmente en la judicatura y se manifestó orgánicamente vinculado al Partido Socialista Obrero Español (P.S.O.E.) y en este caso, ha trasladado su idea política al ámbito de las actuaciones judiciales. Ha quebrado de forma escandalosa el principio democrático de la independencia de poderes. Es un juez habituado a hacer política en el juzgado, en lugar de derecho, y sin presentarse a las elecciones. Ha adecuado el ámbito de la jurisdicción a sus intereses y aspiraciones infringiendo alevosamente las normas aplicables e invadiendo el poder político. Es un mercenario del derecho con disfraz político.

Es obvio que en una democracia los jueces tienen opinión política propia. Preguntada sobre esta a la juez Boizette en Francia respondió: Como todo ciudadano tienen derecho a tener opiniones, pero los usuarios de la justicia no tienen que conocerlas. Por ejemplo yo he tenido cuidado siempre de no permitir que ande un periódico sobre la mesa de mi despacho. No quiero que se sepa si leo Le Monde, Le Figaro u otro. La confianza en la justicia, las garantías del sistema, incluso el rigor ideológico y la independencia se salvaguardan en Francia. Aquí, Garzón ha convertido las garantías, la independencia y la neutralidad exigible en una farsa representada en vergonzosas cacerías con el ministro de Justicia y el jefe de la Policía Judicial.

Hay que combatir toda clase de corrupción política, incluida la del P.S.O.E. y depurar todas las responsabilidades, sin excepción. Que la Fiscalía Anticorrupción y Garzón investiguen "Villa PSOE" en la Isla de Arosa, donde entre otros dirigentes del PSOE tiene un ático en construcción Pepiño Blanco, en un pinar, a pie de playa y a menos de 100 metros del mar que vulnera la Ley de Costas y otras presuntas irregularidades en altura. Esta especie de bunker, por la tipología constructiva, destroza el paisaje de costa gallego. Posteriormente se han derribado otros edificios irregulares que incumplen la Ley de Costas y están más alejados de la orilla. El alcalde socialista justifica la construcción de este bloque de viviendas argumentando que la licencia estaba concedida antes de la aprobación de la Ley de Costas. ¡Qué descaro!

Garzón ha convertido la justicia en un mero espectáculo. Les recomiendo en este mismo blog, la "garzonada" narcisista o la abominable justicia. El poder despótico de Garzón representa un serio peligro para la libertad y seguridad jurídica. Ha ensuciado políticamente la tarea de la justicia atentando contra la independencia e imparcialidad del juez.

sábado, febrero 07, 2009

España ya supera los 4 millones de parados


Según Benjamin Disraeli que se lo atribuye a Mark Twain, existen tres clases de mentiras: Mentiras, grandes mentiras y estadísticas. La última estadística oficial de enero 2009 en España, indica que el paro subió el citado mes en 198.838 personas. Con esta cantidad, el número oficial de personas sin trabajo en España asciende a 3.327.801 personas. Pero las estadísticas son argumentos retóricos, a veces puros sofismas, y sirven para construir la realidad que uno quiere. Lamentablemente, estas cifras son un drama para muchas personas que se encuentran en una situación desesperada.

Ayer, 6 de febrero, desvelaba El Economista que a esta cantidad hay que añadir 700.000 personas más que se encuentran desempleadas. Son parados ocultos que no recoge la estadística. Por lo tanto, los 3.3 millones de parados quedan más lejos de ser el reflejo de la realidad. España ya supera los 4 millones de parados. Hay varios colectivos excluidos. Están fuera de estas listas 241.629 parados que están realizando cursos ofrecidos por el Servicio Público de Empleo Estatal. Casi 200.000 personas que están en las listas de demandantes de empleo con disponibilidad limitada por horarios, teletrabajo, trabajo a domicilio etc.. Y el resto son los afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que siguen teniendo contrato laboral con sus empresas pero han sido suspendidos temporalmente o se les ha aplicado una reducción de jornada obligatoria, y durante el plazo del expediente pasan a cobrar la prestación contributiva por desempleo. En el año 2008, casi 41.000 personas han perdido definitivamente su empleo como consecuencia de un ERE.

Muchas de las pymes están en una situación dramática y su pérdida va a producir un daño irreparable pues son las que crean la inmensa mayoría de los puestos de trabajo. Me remito a este blog: Por la rebelión de la pequeña y mediana empresa. España está destruyendo su tejido empresarial que ha costado decenas de años en construirse. La pérdida de empleo está afectando a todos los sectores: empresas de altas teconologías, de mano de obra barata e intensiva, telecomunicaciones, banca, etc.. Con la incompetencia de este Gobierno, la torpeza de la oposición y la satisfacción de los sindicatos el próximo mes de junio tendremos 5 millones de parados en España. ¿Y cuántos en diciembre? En Europa 9 de cada 10 parados son españoles. Con estas cifras, la situación social y la crisis de inseguridad serán trágicas.