sábado, marzo 29, 2008

El mundo de Borges


Ya he desvelado, y por eso me "oculto" bajo su nombre, que mi filósofo favorito es el errante Diógenes el Cínico. A los madrigaleños que leen este blog y preguntan en el pueblo o fuera de él, o comentan en los foros de internet el auténtico nombre del tal Diógenes, les plantéo el siguiente acertijo: Lo que fue y lo que es , el pasado y el presente , las cosas que he tenido y las que tengo, en unos pocos meses estarán por ahí o aquí. Este es un pequeño laberinto tranquilo, una pasión irredenta, una singladura abierta apasionante, una sublime terapia o una metáfora borgeana que desfigura el rigor de las palabras. De cualquier forma, mi nombre de pila no tiene más valor ni importancia que mis deseos de saber o conocer, y mi búsqueda gozosa de la excelencia en las distintas facetas de la vida.

Hoy voy a descubrir a mi escritor predilecto, el argentino, ya fallecido, Jorge Luis Borges. Parece verosimil que cuando elegimos nos limitamos pero con él me identifica su biblioteca de preferencias y la no saciada curiosidad. Y además suscribo literalmente una de sus máximas: No sé si soy un buen escritor; creo ser un excelente lector o, en todo caso, un sensible y agradecido lector. Su construcción literaria me parece de singular belleza, de asombrosa erudición, rica en ideas, en formas y en abstracciones. Su prosa florida es, a veces difícil, hermética, distante y desgarrada. Vive de espaldas a la vida real. Todo lo sacrifica por la causa literaria. Dice en su Autobiografía que durante toda su vida llegó a las cosas después de haberlas transitado en los libros. Amigo Bianchi: He nacido el año mil novecientos en Buenos Aires, en la entraña de la ciudad (calle Tucumán esquina Esmeralda). He surtido a la poesía argentina de almacenes y ponientes rosados, de inquietaciones metafísicas, de patios austeros y otro cachivacherío. Su mentira es frívola e irrelevante. Borges nació en 1899 y en esta carta a su amigo se quitó un año de encima. Años después rectifica. Pasó su adolescencia y se educó en Ginebra, vivió en España, se casó con su secretaria Maria Kodama, hija de un arquitecto japonés, en 1986, pocos meses antes de su muerte. Ésta colaboró con Borges en el libro Atlas, testimonio de viajes que ambos realizaron juntos alrededor del mundo. De vuelta de todo, regresó a Buenos Aires. Murió en Ginebra el 14 de junio de 1986.

Borges tiene dos linajes distintos, a la vez opuestos y complementarios. Su madre, hija de militar, Leonor Acevedo, tiene ascendencia de los primeros españoles que llegaron a Buenos Aires, Juan de Garay e Irala. El paterno es básicamente intelectual, libresco y anglófono. Su padre, Jorgue Guillermo Borges, era abogado, anarquista, discípulo de Spencer que enseñaba psicología en la Escuela Normal de Lenguas Vivas y dictaba sus clases en inglés. Era el hijo menor de una inglesa de Staffordshire, Fanny Haslam, una mujer cortés, reservada y, según Borges, gran lectora casada con el coronel Francisco Borges. Dos linajes opuestos, del lado paterno los libros, la lengua inglesa, el pensamiento, la sensibilidad, la cultura; del materno la guerra, el coraje, la acción y un cierto déficit intelectual que Borges nunca disimulará: Cuando se es de familia criolla o puramente española, entonces por lo general, no se es intelectual. Lo veo en la familia de mi madre los Azevedo, son de una ignorancia inconcebible. En ese dilema familiar, Borges se queda del lado de los libros. Lo cierto es que me crié en un jardín, detrás de una verja con lanzas, y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses. Algunos de sus detractores "vitalistas" le han reprochado que sea un ratón de biblioteca. De sí mismo afirma: Si se me preguntara cuál ha sido el principal acontecimiento de mi vida contestaría que lo fue la biblioteca de mi padre. A veces pienso que nunca he salido de esa biblioteca. Los recuerdos de su infancia sobreviven en esa habitación. Es su espacio aleph. Aquí nació y se desarrolló su saber enciclopédico, su erudición casi insultante. ¡Oh ironía! A los 56 años, cuando está ciego y ya no puede ver los libros, tras el derrocamiento de Perón, es nombrado director de la Biblioteca Nacional.

Muy joven publica dos libros de versos: Fervor de Buenos Aires y Luna de enfrente y dos ensayos: El tamaño de mi esperanza e Inquisiciones. A los treinta años, ya piensa como escritor en algo que pueda ser leído dos veces. En 1929 empieza a escribir el libro sobre Evaristo Carriego, amigo personal de su padre. Empieza a ganar premios con los versos Cuaderno San Martín De finales de los años treinta a mediados de los cincuenta es la gran obra borgeana: Ficciones, El Aleph u Otras inquisiciones. Destacan la perfección del estilo y la erudición. Después decenas de libros: Biblioteca personal, Prólogos con un prólogo de prólogos, Nueve ensayos dantescos, Historia de la eternidad, la memoria de Shakespeare, El libro de arena y otros. A partir de 1955 con la pérdida de la vista tenemos el Borges de la voz y la palabra. Necesita de los demás para escribir, imposibilitado de leer y escribir por sus propios medios. A los 70 años, dicta y escribe su último gran libro El informe de Brodie, redacción de cuentos directos, realistas. Alan Pauls ha expresado que existen dos frentes borgeanos, una cierta forma de ambivalencia, como si Borges fuera una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde con dos maneras de hacer literatura: una culta, hermética, intelectual, dirigida a un cenáculo de amigos e iniciados; la otra popular, accesible, ligera, dirigida a un público masivo y anónimo. Remedando a Borges, el texto de un blog en intenet es una cosa entre las cosas, un texto perdido entre los miles o cientos de miles de blogs que pueblan el indiferente universo de redes lógicas y globales interconectadas, hasta que da con su lector o con el hombre destinado. La rosa es sin porqué y el arte sucede. Ojalá seas el lector que este texto esperaba. Ese misterio hermoso se llama sorpresa o quizás belleza.