sábado, septiembre 20, 2008

El comienzo del otoño


El próximo lunes, 22 de septiembre de 2008, a las 17 horas y cuarenta y cuatro minutos, se inicia el equinoccio de otoño en el hemisferio Norte. Se denomina equinoccio porque en esta fecha al encontrarse el sol sobre el ecuador los días son iguales a las noches en toda la Tierra. Desconozco qué tiempo atmosférico nos espera en España durante la estación que empieza. Intuyo que política y económicamente va a ser un otoño muy "caliente" al margen del calentamiento físico del planeta. El paraíso de vida vegetal del gobierno Zapatero en primavera, ha entrado en proceso de oxidación. Llega la época de la trementina, sustancia casi líquida pegajosa y de sabor picante, propia del otoño.

En mi pueblo de nacimiento, Madrigal de la Vera (Cáceres), el otoño es mi estación preferida. Ya tengo escrito en este blog que de su naturaleza indómita me cautivan los colores vibrantes en la estación mágica del otoño. Las hojas visten a los árboles con deliciosos tonos amarillos, naranjas y rojos embriagadores antes de que su caída anuncie la llegada del invierno. El otoño rompe la monotonía de la primavera y el verano, extendiendo sobre el paisaje boscoso un manto multicolor.

Hay grandes poetas que en sus antologías han dado vida al otoño: Rubén Darío, Antonio Machado, Pablo Neruda, Pedro Salinas, Angel González y otros. Pero hay un poeta panameño de origen griego, poco conocido, que nació en 1899 y murió en 1957, llamado Demetrio Korsi que tiene un bello poema sobre el otoño.

Otoño soy


Este otoño que en ser galante insiste
este otoño angustiado de promesas,
quiere alegrarse y sin embargo es triste
y me engaña otra vez cuando me besas.

Este otoño es cruel, verja florida,
por dentro es sombra, vencimiento, nada.
Su última rosa morirá afligida,
si no tiene el calor de tu mirada.

Y pues yo soy otoño, ven y toca
mi frente mustia, mi canción doliente;
tú primavera y besos en mi boca;
yo madrigal; yo, rosas en tu frente.
Otoño, ya llegaste, y me venciste
con tus anacreónticas promesas.
Otoño soy también, otoño triste,
pero menos otoño si me besas…

El otoño es proclive a la nostalgia, a la meditación sobre el paso del tiempo y al canto de amor a la vida. Es tiempo de analizar las cosas con ojos renovados, de seguir teniendo fe en la condición humana, de que los deseos sigan vivos a pesar de los fracasos y de agradecer los preciados detalles de los amigos que además son fieles a Mundanesca cada semana.