domingo, diciembre 20, 2009

Felicidad y tristeza compartidas


Quiero que todos mis amigos, personas queridas y lectores de cualquier país del mundo que accedan a mi blog, tengan unos días de Navidad llenos de felicidad compartida en este sufrido y difícil año 2009 que termina, con la esperanza de que en el año 2010 hagan realidad los pensamientos y proyectos deseados. Que sigamos viviendo intensamente cada momento de nuestra vida y lo disfrutemos como es. En mi ánimo se reproduce la pena por los seres queridos que no están. Los asocio en mi recuerdo y en mi corazón como lo estuvieron en mi vida.

En estas fechas recibo mensajes de distinta naturaleza. Este año hemos recibido una carta manuscrita en la Empresa de una vecina de Málaga de la que no puedo dar su nombre por razones obvias y a la que vamos a ayudar en la medida de nuestras posibilidades. Esta carta demuestra realmente que muchos somos afortunados y tenemos más de lo que necesitamos para ser felices. O que las cosas son mucho peores para otros y mejores para nosotros. La pérdida de empleo o la carencia de unos ingresos mínimos producen depresión, crisis de ansiedad, fuerte estrés y baja autoestima, según los psicólogos. Pero a pesar de los duros problemas, nuestra amiga malagueña tiene alta su autoestima y su responsabilidad como madre preocupada por sus hijos y su familia. Su carta está llena de racionalidad y de sentido común.

A quien corresponda:

El motivo por el que me pongo en contacto con usted es el siguiente: Tengo 36 años, soy madre de tres hijos y desde hace dos años estoy jubilada con la incapacidad laboral absoluta por culpa de sufrir una terrible enfermedad que está destrozando mi vida y la de mi familia. A causa de esta enfermedad cobro una pequeña pensión de 521 euros mensuales, pero para colmo de males mi esposo lleva tanto tiempo cuidándome y sin encontrar ningún tipo de trabajo que ya hace mucho tiempo que agotó el subsidio por desempleo y demás ayudas.

El único ingreso de nuestro hogar es mi pequeña pensión con la cual tenemos que hacer frente al pago de la hipoteca de nuestra vivienda, alimentación familiar, gastos de nuestros hijos, demás facturas, gastos y pagos mensuales.... He acudido al ayuntamiento de mi ciudad, servicios sociales, iglesia... y la respuesta siempre ha sido la misma: sienten mucho nuestra situación pero no disponen de recursos económicos para ayudarnos.

Es por ello que me dirijo a usted para saber si pudiese hacerme llegar uno cualquiera de sus artículos, el cual por cualquier motivo, una tara por ejemplo no pueda ser puesto a la venta. Actualmente el segundo de mis hijos sólo tiene unos deportivos del año anterior que le aprietan y están demasiado deteriorados, algunos de sus compañeros lo ridiculizan y él lo pasa fatal. Calza un número 38-39. Aunque sinceramente si usted no dispusiera de este tallaje, mis otros dos hijos también están necesitados. El mayor calza un número 43-44 y la pequeña un 38. Espero pueda usted comprender la impotencia tan enorme que siento como madre al no poder cubrir las necesidades de mis hijos. Estoy ya tan sumamente desesperada que no sé a quién acudir para solicitarle una pequeña ayuda para ellos.

Le quedaría eternamente agradecida si usted pudiese enviarme uno de sus artículos para uno cualquiera de mis hijos, en el caso de que usted no pueda ayudarme, le quedo igualmente agradecida por leer esta carta que tantísimo esfuerzo me ha costado escribir.

Aprovecho para agradecerle su amabilidad y atención y enviarle cordiales saludos.

Muy agradecida.


Esta patética carta recibida en TECSPORT, S. A., una de tantas pymes a las que este Gobierno niega el pan, la sal y la tierra -bueno esta última ya tiene dueño, "pertenece al viento". ¡Qué cursilería de Zapatero!- ha sido conocida por todos los trabajadores y, sin excepción, van a ayudar también a esta madre malagueña impotente pero resuelta.

Me trae a la memoria otra carta, la del escritor Arturo Pérez Reverte enviada a los parlamentarios que por la Carrera de San Jerónimo van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza.....Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes..... Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.....Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.
En este blog hay dos artículos que me abren las carnes en pleno siglo XXI, "Pobreza y marginación social en España" de 1/11/2008 y "Cáritas, la esperanza de los pobres" de 28 de junio de 2009. Pocas cosas me sorprenden a mis años pero con la crisis actual he reforzado el convencimiento de que el mejor programa social es que todos los españoles tengan un puesto de trabajo y al Gobierno le corresponde crear las condiciones idóneas para que las PYMES los creemos. El 85% de los puestos de trabajo en España lo genera la pequeña y mediana empresa. FELIZ NAVIDAD 2009 Y EXCELENTE 2010.