domingo, diciembre 21, 2008

Por la rebelión de la pequeña y mediana empresa


¿Quién está sufriendo y pagando en España la más dura crisis jamás conocida? Los bancos y cajas están recibiendo del gobierno español y de las autoridades monetarias miles de millones de euros para financiar sus problemas internos. A estos no les falta liquidez y no son los paganos de la crisis. A los accionistas y grandes directivos de la banca española el gobierno socialista -ver para creer- acaba de reducirles la fiscalidad en 25 puntos, del 43% al 18% sobre los rendimientos obtenidos en sus propias entidades. Se beneficia sólamente la renta de los banqueros y no la de los demás directivos de las empresas especialmente de la pequeña y mediana que seguirán tributando al 43% si tienen que prestar dinero a sus empresas al no obtener financiación de los bancos y obtener rendimientos por lo prestado. El Gobierno, con alevosía y nocturnidad, modifica vía Decreto, la Ley del IRPF y concede un trato especial de favor a los consejeros y directivos de bancos y cajas por su buena conducta, posiblemente con el propio gobierno, las comunidades autónomas y los ayuntamientos porque la liquidez crediticia sigue negada a pymes y autónomos que son los que crean el 90% de los puestos de trabajo en España.

Los trabajadores de todas las empresas, según el presidente del Gobierno, no han visto recortados sus derechos sociales y si se quedan sin empleo tienen cobertura de paro. Parece cierto porque los trabajadores están muy contentos con la gestión de los sindicatos y estos no mueven un dedo ante la mayor destrucción diaria de puestos de trabajo en la malhadada historia de España. Esto quiere decir que los auténticos sufridores y paganos de la crisis somos los socios y admministradores de la pequeña y mediana empresa que si quiebra nuestra empresa nos quedamos en la calle, sin cobertura de paro, y con una mano delante y otra atrás.

En España existen sobre 3.100.000 pequeñas y medianas empresas. Así denominadas porque tienen entre 1 y 249 asalariados. Están incluidas sociedades anónimas, limitadas, autónomos, personas físicas con licencia fiscal para una actividad, comunidades de bienes, cooperativas etc. Lo tres millones de Empresas que crean la inmensa mayoría de los puestos de trabajo están siendo maltratadas en la actualidad, en distinto grado, por la banca y así nos luce el pelo. El Gobierno de Zapatero o no se entera o lo peor no le importa. Y el Partido Popular, en la oposición, con un lider light tiene que seguir financiando con el dinero de la banca campañas electorales y parece un buey mudo. Para obtener líneas de financiación con la banca, los socios debemos poner a su disposición toda clase de garantías reales y personales en progresión geométrica. Te dan un euro y prestas garantías por diez. Si no confían en su propio sector y han tenido que recurrir al Gobierno ¿acaso van a confiar en tu empresa? Las pymes en esta crisis están siendo claramente discriminadas por los políticos y por los bancos. Ejemplos: cientos que no vienen al caso.

¿Quién nos defiende? ¿Qué hace la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) para defender nuestros intereses? Está desaparecida. He escuchado a Jesús Bárcenas, su presidente, en alguna ocasión en Onda Cero con Carlos Herrera y como a otros le falta arte para convencer. La inseguridad de las pymes hay que ponerla dentro de la realidad económica del momento. Hay que destacar su precaria situación a causa de su falta de liquidez. Los pequeños y medianos empresarios estamos reemplazando el estado del bienestar por un trabajo forzoso para salir de esta crisis cada vez que visitamos a los bancos. En numerosas ocasiones no entendemos sus decisiones pero no tenemos alternativas. Aquí no hay debate democrático. El mundo de las relaciones y sensaciones está cambiando a gran velocidad en la banca. Las pymes necesitan, como el árbol herido de la fotografía, una rebelión natural generalizada. Un estallido de conciencia colectiva. Todos los empresarios debemos implicarnos. Nadie va a defender nuestros intereses mejor que nosotros mismos. Necesitamos solidaridades efectivas y alguien que lidere este movimiento. Ésta es una revolución vital y necesaria.