Blog de Cecilio Serrano Lorente. El título de este blog es una voz castiza española utilizada por el poeta español Fray Damián de Vegas en su libro de Poesías en el siglo XVI
sábado, junio 20, 2009
"Gladiator" Cristianus Ronaldus
No ha empezado el combate y ya silban las flechas incendiarias que se cruzan con el vuelo de las lanzas. Con la aparición en la distancia de "Gladiator" se oyen los primeros dislates y las caras se tiñen con la pócima del miedo. Su presencia ante los combatientes no pasa desapercibida y satisface pasiones de distinto orden. En sus huestes suscita admiración y veneración. En sus adversarios provoca venganza, menosprecio y odio. "Me gusta ver el odio en los ojos de la gente" ha afirmado Cristianus. La dureza de su infancia le ha mostrado la obligación de ser valiente y la pobreza ha remarcado su coraje. Llega un ídolo de ídolos avezado en contiendas épicas que destila carisma a raudales, que codicia todos los minutos del tiempo y toda la variedad del espacio. Cabalga y galopa como los héroes lo hacen antes de las batallas. En su boca, un sólo grito: ¡Victoria!
En el fragor del choque es un auténtico portento físico dotado de gran fuerza y velocidad de ejecución. Está preparado para afrontar en el nuevo Coliseo su gran reto y desafío, su pelea en duelo singular con el rival. Es un gladiador victorioso dotado de atributos románticos, que sigue teniendo hambre de triunfos. Un atleta prodigioso con explosividad y resistencia que golpéa con una precisión casi mágica. Ataca su objetivo y cabecea como los mejores, manteniendo los ojos muy abiertos. En el cuerpo a cuerpo impone sus centímetros, su fuerza, su velocidad y su talento. Sus proezas en la larga distancia son matemáticas, de una combinación casi imposible. Es un atleta que conoce la dignidad del peligro. Y como líder busca la excelencia y la perfección en todas sus acciones que le merecerá el engrandecimiento de su afamado nombre entre sus leales. Sus aspiraciones son altas y cree que tiene una largo camino por delante para reescribir sus gloriosas gestas. Si bien, su nombre ya viene acompañado de una suerte de epopeyas. Su acento es épico y elegíaco. En el actual anfiteatro de los sueños, sus hazañas nos harán más felices. Un epigrama de Oscar Wilde nos advierte que la naturaleza imita al arte.
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