sábado, enero 03, 2009

J. M. G. Le Clézio, un escritor poético


Los miasmas de la gripe han sido perversos en los últimos días de 2008 y principios del nuevo año. La casi decena de días en reposo me ha permitido finalizar la lectura de La Cuarentena, excelente novela de viaje y aventura del premio nobel francés del año 2008 J.M.G. Le Clézio.

Dentro de su biografía hay que destacar el nacimiento en Nice en 1940. Su personalidad está marcada por sus orígenes. Uno de sus antepasados originario de Bretaña se estableció en Isla Mauricio en el siglo XVIII donde formó una familia de varias generaciones. La isla estuvo bajo dominio británico, y su familia como el propio escritor mantienen una doble nacionalidad: inglesa y francesa. En su infancia y juventud fue un ávido lector de libros de viajes y aventuras, entre otros muchos. Con diez años le regalan un libro sobre la historia de México y el país despierta su interés. Quedó profundamente impresionado por las costumbres de los aztecas. De 1970 a 1974 convive en Panama con los indios Emberas y Waunanas. De ellos aprecia y admira el máximo respeto que sienten por la naturaleza y la autenticidad. A partir de esta vivencia aparecen en todas sus obras alusiones a los elementos de la naturaleza y a la armonía entre estos y el hombre. El escritor vive actualmente 6 meses en Francia y 6 meses en México, en un pequeño pueblo junto al volcán Paricutín en el seno de una comunidad india donde dice haber encontrado la autenticidad y el respeto por la naturaleza y las personas.

En La Cuarentena, el autor despliega toda su vitalidad en la descripción y amor a la naturaleza, en la fusión de lo real y lo imaginario, en su fuerza poética casi mágica, en el magnetismo de los personajes y en la luz como elemento básico con su amplia gama cromática. Recrea numerosos escenarios bañados por la luz del alba o del atardecer. Perfila personajes sensibles que expresan sus sentimientos y emociones y se identifican con el entorno que les rodea a pesar del ambiente hostil. Las experiencias que viven les hace cuestionarse su propia existencia. Sus obras de viaje son una búsqueda y un encuentro consigo mismo. Encierran elementos autobiográficos. Sus personajes sienten en el transcurso del viaje una catarsis interna profunda y enriquecedora y externa que transforma su visión del mundo.

La estructura narrativa me ha parecido deliciosa. Para muchos lectores de novelas lo importante es el contenido del texto, el sujeto o la intriga en el espacio y el tiempo, es decir la temática. Yo me identifico más con el continente del texto, con la estructura narrativa, la forma, el lenguaje, es decir la manera en que el autor nos presenta su historia, los diferentes estilos, la magia de su escritura. El lenguaje es el ejemplo más perfecto de unión entre la forma y el fondo y en Le Clézio es delicioso.