El texto de la carta de Elena Salgado, vicepresidenta del gobierno de Asuntos Económicos y ministra de Economía y Hacienda dirigida a Mª Dolores de Cospedal, presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha sobre el problema del déficit público de su Comunidad es increible y sorprendente. Es decir, "para mear y no echar gota". "Como ya te indiqué (con acento señora ministra que suprimiendo la tilde no ahorra nada) y como soy una firme partidaria de la transparencia, criterio que espero que compartas..." El diccionario de la RAE define la transparencia como algo claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad. La señora Salgado lleva dos años anunciando a los ciudadanos que la economía española tiene brotes verdes, que estamos a punto de salir de la recesión -tomándonos como idiotas o pretendiendo hacerlo- y cada día miles de personas van al paro, no pueden evitar el desahucio de sus viviendas, centenares de empresas o autónomos siguen cerrando por falta de crédito y la prima de riesgo española ha superado ya la escalofriante cifra de los 370 puntos.
Confío en que la Presidenta de Castilla La Mancha no comparta la ficción de transparencia que mantiene la Ministra ni se crea el "cuento chino" de Barreda sobre el incremento de la deuda pendiente de pago en mil millones de euros en dos meses; que fiscalice y audite las cuentas públicas de su Comunidad y diga, con detalle, a los ciudadanos el déficit real, la deuda pendiente e informe a todos los castellano-manchegos en qué se ha gastado el dinero de sus impuestos. Los ciudadanos queremos y exigimos una información rápida, total, clara y gratuita. Ésta es la base de la democracia y la auténtica transparencia. Y si a esto se denomina tirar de la manta, Cospedal, ¡levanta y tira de la manta! La prudencia que pide la Ministra en su carta es "hija del fracaso" y como dice el proverbio ruso sobre la prudencia más vale volver atrás que perderse en el camino.
