Es un calco de la imagen de Rajoy y su gobierno ante el rescate económico inminente que se avecina para España. El "agujero" de la banca es insostenible pero nadie sabe a estas alturas con exactitud cuánto dinero necesita la ocultación de pérdidas. Habrá que esperar la auditoría de las empresas extranjeras Roland Berger y Oliver Wyman. Entre las pérdidas de la banca y la financiación del déficit público parece que vamos a necesitar entre 300.000 y 500.000 millones de euros. Esta cantidad representa entre el 30% y el 50% de nuestro PIB. La más interesada en el rescate es Alemania, con Merkel a la cabeza, para que los préstamos de cientos de miles de millones de la banca alemana y europea a España queden garantizados y reintegrados. Si Alemania que controla la UE decide y paga pone sus condiciones. ¡Adiós soberanía nacional!
El 16 de enero del año 2010 escribía en este blog que la economía española estaba más cerca del crash que del cash. Lo cierto es que, según los expertos, España posee el récord de quiebras. El Estado español ha quebrado en trece ocasiones. Siete durante el Siglo XIX y otras seis durante los tres siglos anteriores. Y puede llegar la decimocuarta. Pues ya la tenemos encima. Estamos en bancarrota. El diccionario de la Real Academia define este término como: Quiebra comercial, y más comúnmente la completa o casi total que procede de falta grave, o la fraudulenta. Ruina económica. Desastre, hundimiento, descrédito de un sistema o doctrina. Felipe II fue el primero que hizo estallar la caja y nos llevó tres veces a la bancarrota. Al rescate actual se le denominaba durante los Austrias "suspensión de pagos de los asientos". Por una u otra causa la solvencia del Reino de España otra vez por los suelos. Nuestra deuda ha crecido más que nuestra capacidad de pago. Los mercados especuladores han extorsionado a éste y al anterior gobierno. España tiene una deuda pública y privada próxima a un billón de euros con bancos extranjeros y estos quieren garantizarse el cobro mediante el "rescate" y la intervención porque con los intereses al 6,60 y la prima de riesgo en 550 puntos, España no puede conseguir suficiente financiación en los mercados. Las distintas propuestas y soluciones con el BCE han sido rechazadas.
Volvemos a la época absolutista de Fernando VII en 1814 que también dejó vacía la caja. ¡Muera la libertad y vivan las cadenas de los interventores! Pero el que paga, manda. Con los políticos españoles actuales pasamos de la sorpresa al asombro y de la perplejidad al desconcierto. Llevamos cinco años al borde del precipio y no ha habido uno solo con visión de Estado ni con voluntad de acuerdo o consenso. El rescate sería una solución política para "limpiar la poza" según el término chinchonense y dejarlos sin poder de decisión pero creo que el rescate empobrecerá más a los débiles y será un golpe seco a la protección social y a millones de familias que se encuentran en grave situación de precariedad. El pueblo siempre paga la incompetencia política.
En la pélicula arriba citada, un hombre se enfrenta a sus propios demonios, en lugares inhóspitos, pero sobrevive a todo tipo de peligros. Los españoles hemos dado ya muestras a lo largo de nuestra historia de supervivencia, valentía, coraje, solidaridad, y no podemos perder la esperanza.