sábado, mayo 23, 2009

Pacta sunt servanda


Esta es una locución latina que literalmente podría traducirse como los pactos han de observarse pero que en el sentido amplio de la frase significa que lo pactado obliga o los pactos y acuerdos hay que cumplirlos. En definitiva, que hay que mantenerse fiel a lo pactado. Esta es una máxima de Ulpiano, pretor y gran jurista romano del siglo II d.C. que se ha convertido en un principio básico del derecho civil y piedra angular del derecho internacional. Hay pactos no escritos, verbales, que se celebran con un apretón de manos. En la agricultura se daba con mucha frecuencia. Hace años cerré un trato verbal de compra-venta importante en una finca agrícola de la que era administrador con un apretón de manos y el acuerdo de buena fe o confianza que es la esencia del comercio fue irrevocable. Toda clase de pacto implica consentimiento, acuerdo de voluntades entre las partes.

Mi pensamiento está con los que expresan que el fundamento del orden social y de cualquier pacto o acuerdo es la confianza y que ésta forma parte de la calidad de vida de las personas. Ahora bien, una cosa es la actitud ingenua ante la confianza y otra muy distinta la actitud prudente. La confianza afecta a varias disciplinas, a la sociología, a la psicología, a la economía y a la política. En esta última disciplina, hay claros indicios de un declive social como reseño más adelante. Es importante conocer por qué confían las personas y cómo se cultiva la confianza. Existe la confianza social que es la predisposición para confiar en otros y la selección de las personas en quien se puede realmente confiar. En cualquier clase de relación la confianza implica un riesgo. Hay dos formas de afrontar la confianza en los demás. Una, pensando que la mayoría de las personas tienen buenas intenciones, son honestas, respetuosas y merece la pena a priori confiar en ellas. Y si transcurrido un tiempo no lo merecen se les retira la confianza. Otra, esperar a que las personas demuestren que poseen estas virtudes antes de ofrecerles la confianza. ¿Cómo se define la confianza? Como un estado mental de seguridad, conocimiento y creencia en los demás, una actitud afectiva.

¿Se puede tener confianza en el actual gobierno de España? ¿Se puede confiar en Rodriguez Zapatero? ¿Cumple los pactos o acuerdos firmados con otros grupos? Hace escasos días y con motivo del debate sobre el estado de la nación, PSOE (partido del gobierno) y CIU (grupo catalán) firmaron, por escrito, un pacto para impulsar la reforma laboral que ampliara la cobertura por desempleo, acabara con la dualidad entre la contratación temporal y la indefinida, flexibilizara la negociación colectiva y permitiera al sector privado intervenir en la recolocación de los parados. Llegado el momento de apoyar la enmienda del grupo catalán en el Congreso de los Diputados, Izquierda Unida y los sindicatos mayoritarios UGT y Comisiones Obreras exigen al gobierno que retire la resolución pactada con CIU, amenazándole con la ruptura de los compromisos pactados sobre la reforma laboral por parte de Izquierda Unida y con una huelga general por parte de los sindicatos. Rodriguez Zapatero y el grupo parlamentario del gobierno, rehén de los comunistas y de los sindicatos hicieron trizas el pacto escrito.

¿Qué valor o confianza merecen la palabras de Rodríguez Zapatero si un documento firmado es papel mojado? ¿Así entiende la fidelidad a los acuerdos pactados? ¿Los pactos no obligan a ambas partes? ¿Son válidos los compromisos estables y continuos prometidos? ¿Acaso no es prudente ser precavido con las promesas del presidente del gobierno? La confianza, hoy, en Rodríguez Zapatero implica un grave riesgo social, político y económico.

.