lunes, noviembre 17, 2008

A merced de los vientos


Hace años, en Europa se descalificaba a España porque era el país de la chapuza y de la improvisación. El destino de un Estado o Nación, de una Empresa o de cualquier colectivo está marcado por el pensamiento y los planes de los hombres que los gobiernan. Las crisis son consecuencias de malos planes o de una mala planificación. La Cumbre de Washington ha detectado los problemas que ya se conocían, ha ofrecido pautas o guías de solución pero ha dejado que cada Gobierno fije los objetivos deseados y desarrolle su planificación. Planificar es dar cuerpo al pensamiento, a los sueños y propósitos o resultados que deseamos conseguir. Planificar es administrar el empleo de nuestro tiempo, de nuestros recursos y de nuestro esfuerzo con el objetivo de realizar lo que queremos hacer. Un buen plan, un buen proyecto o un buen presupuesto es el comienzo de la realidad. No se puede presentar un Presupuesto del Estado para el año 2009 que a priori no se puede cumplir. La realidad de mañana tiende a inspirarse en los planes de hoy.

Hasta la fecha, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no ha presentado ningún plan para sacarnos de la crisis económica real y está como un barco en medio de la niebla cuyo capitán se encuentra sin timón, sin brújula, sin sextante, sin GPS y a merced de los vientos.