domingo, abril 10, 2011

A la búsqueda de la excelencia


La pasada semana Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha propuesto la implantación en la Comunidad de un "Bachillerato de la excelencia" gratis para alumnos sobresalientes de Secundaria y de inmediato los socialistas, sorprendidos en sí mismos, se han lanzado herméticamente a su yugular. Hay que erradicar a la gente capaz e imponer la vulgaridad como derecho. Todos igualados en la mediocridad intelectual y haciendo trizas el esfuerzo, el trabajo, el estudio, el talento y la dedicación. Prefieren que nos instalemos como los necios en la propia torpeza. Este es el mejor caldo de cultivo para la igualdad por abajo y el terreno abonado para la manipulación. El socialismo pretende una igualdad tutelada, de segunda clase, limitada, dependiente, previsible; en definitiva que no nos sintamos soberanos de nuestras vidas.

El hombre excelente se exige mucho a sí mismo; el mediocre no se exige nada. Su privilegio es el esfuerzo y la disciplina acompañados del talento, valores a los que la izquierda denomina como clasistas, elitistas o segregacionistas. Solución de la izquierda: Desmantelamiento de la escuela privada, todos a la escuela pública y docilidad política. El último informe PISA sobre materia educativa nos situaba en el puesto 26 sobre 34 países de la OCDE. ¡Lamentable y patético! En España, sólo un 18% de los centros docentes son considerados muy buenos o buenos, mientras que la media europea es del 30%. El 62% son escuelas mediocres y el 20% malas o muy malas. Así que el 82% está lejos de la excelencia y no es malo buscarla. Rendir más de lo esperado o destacar por encima del resto no es malo, es excelente. En la enseñanza, en la empresa, en el deporte y en la propia vida busquemos siempre la excelencia.