sábado, noviembre 01, 2008

Pobreza y marginación social en España


Mundanesca cumple hoy un año de vida en la red. Inicialmente me indujo la curiosidad. Y hasta la fecha, todos los sábados del año he sido fiel a la cita. Quiero expresar mi agradecimiento a cuantas personas acceden diariamente desde el indiferente universo, en especial desde los países de habla hispana. Mi manantial es y seguirá siendo las cosas que me inquietan, las grises y cotidianas circunstancias de la vida. Hoy deliberadamente exploro sobre la pobreza en España.

Con tantas rogativas por parte de Rodriguez Zapatero a Francia y a Brasil para que España asista el próximo 15 de noviembre a la cumbre del G-20 en Washington, a la que no está invitada por el anfitrión -a pesar de ser la octava economía del mundo- ha pasado con más pena que gloria el VI Informe FOESSA de Cáritas sobre los niveles de pobreza en España. Como dice el refrán castellano, la pobreza es la madre de la tristeza.

En los países desarrollados la pobreza humana está tan vinculada al concepto de desarrollo humano como de insuficiencia de ingreso monetario. En España, importantes segmentos de la población carecen de uno y otro. En la sociedad española las palabras han perdido su sentido y las cifras y datos constatables muestran la cruda realidad. La pobreza es un nivel de vida material "insultantemente" bajo en comparación con el nivel de otros. El nivel de vida se mide a través de dos variables económicas: el gasto o el ingreso corriente por debajo del cual se considera que la gente es pobre. El desarrollo humano contempla aspectos de la vida más amplios que el ingreso como es el bienestar y la calidad de vida de las personas; la carencia de capacidades o falta de oportunidades para la supervivencia, el nivel de conocimientos y un nivel digno de adquisición económica. Son muchas las carencias de las personas pobres en cuanto a la privación de salud, al índice de analfabetismo o escasos conocimientos y al índice de exclusión social. La crisis económica actual está intensificando el desempleo y ampliando los índices de pobreza.

En los últimos diez años, la extraordinaria generación de riqueza en España no ha reducido los índices de desigualdad, de pobreza, de privación y de exclusión social. Tenemos pobres severos, pobres de "solemnidad" y pobres de extrema pobreza. Entre estos últimos hay un millón y medio de españoles que no llegan a ingresar 3.360 euros al año, es decir una media de 280 euros o 360 dólares mensuales, que supone 9,33 euros o 12 dólares por día. Y 500.000 hogares sufren, además, situaciones de "exclusión social", es decir de prácticas explícitas de marginación social.
En la octava economía del mundo estas cifras parecen de ciencia ficción, fantásticas o simbólicas. Pero hay más, existen 8,5 millones de pobres con ingresos por debajo de 574 euros o 729 dólares mensuales que implica 19 euros o 24 dólares por día, casi el 20% de la población española. Nada ha cambiado en las estadísticas de los últimos diez años. Estamos muy distanciados de los indicadores medios de la Unión Europea. El umbral de pobreza utilizado por FOESSA es el mismo de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística. La cantidad está señalada en 6.895 euros anuales, es decir, el 60% de los ingresos medios netos por persona y año. Se considera pobre a la persona cuyos ingresos están por debajo de esa cantidad. ¿Cuántas viudas y jubilados tienen ingresos inferiores a la cifra señalada?

Si esta patética radiografía se ha producido en la década económica prodigiosa de 1997 a 2007 en que España era uno de los países de mayor crecimiento del mundo. ¿Qué podemos esperar en los años económicos más duros de la historia? Si me dedicara a la política, Dios no lo quiera, el Informe FOESSA de 2008 sería mi libro de cabecera y una de mis preferencias para hacer posible lo imposible. Hay libros perfectos como herramienta de análisis y no para gozo del lector. Decía Napoleón: Nada va bien en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos.