Anoche el Madrid volvió a perder con el Barcelona porque a muchos de sus jugadores les inmovilizaron su ansiedad y sus emociones. Tuvieron tres oportunidades tan claras que con cualquier otro equipo hubieran sido goles pero contra el Barcelona la responsabilidad produce efectos paralizantes. La defensa del rival dio más facilidades que en otros partidos y el Madrid no supo aprovecharlas. La primera media hora del Barcelona fue nefasta. Al no materializar Cristiano Ronaldo el segundo gol o facilitar el pase a Di María para que lo hiciera le dieron vida al Barcelona que acto seguido empató el partido. La ansiedad es el resultado psicológico del pensamiento y ésta puede controlarse. Son partidos para jugadores de temple y frialdad. Mourinho es un gran entrenador pero en los partidos de vértigo por estar en la cima, y básicamente contra el Barcelona, debe transmitir equilibrio, libertad de creación y soltura a los jugadores. En estos encuentros debe huir de las tácticas o estrategias esclavistas.
Son partidos decisivos en los que hay que eliminar la tensión infecciosa, los nervios, los gritos mostrando gran paz interna y sobre todo control de las emociones.Control, significa ser el dueño del propio destino, de las propias decisiones. Cristiano, Marcelo, Pepe, Coentrao, Di María, Lass, Xabi Alonso, incluso Iker estaban sobreexcitados. Eran un manojo de nervios. Tenían un exceso de emotividad que les limitaba su rendimiento. Hay que mejorar el aspecto psicológico en estos encuentros, aprender de la adversidad y evitar que las circunstancias emocionales no controladas te derroten. Hay que ser positivos y buscar algo de lo que aprender en lugar de algo de lo que quejarse. El Madrid debe conservar la serenidad, la unión interna y encontrar ante el Barcelona una solución constructiva y original. Hay que aprender tanto del fracaso como del éxito. En estos partidos, Mourinho debe dar más libertad a la imaginación creadora de los jugadores.