sábado, junio 13, 2009

Voracidad recaudatoria


En economía, el actual gobierno español ha llegado a su máximo nivel de incompetencia. Para la superación de cualquier crisis hay que poseer tres virtudes de las que este gobierno carece: imaginación, talento y audacia o atrevimiento. Para hacer una tortilla hay que romper huevos o lo que el semanario británico "The Economist" le advierte: que una verdadera reforma del modelo de crecimiento económico requiere que "haga enemigos", algo que, hasta el momento, ha preferido evitar. Lo que no dicen los británicos, es que a Rodríguez Zapatero, en su curriculum vitae, no se le conoce por haber gestionado ni siquiera una comunidad de vecinos. ¿Cómo va a cambiar el modelo de crecimiento español? Después de año y medio de peligrosa crisis, su aportación más brillante al nuevo modelo se ha producido el pasado viernes con la subida de los impuestos especiales que graban los combustibles y el tabaco para hacer frente a los costes de la recesión económica. ¿Para este alumbramiento pagamos a los 300 asesores del presidente? ¡Qué fiasco!

José Blanco, ministro de Fomento, que habitualmente va con el acelerador del socialismo a fondo, ha explicado a sus fieles y anestesiados que no se trata de incrementos sino de actualizaciones. ¿Elevar los impuestos entre un 7% y un 10%, no es un incremento? Es un insulto más al sentido común y un claro hostigamiento a las rentas más bajas y medias españolas. La subida de los impuestos indirectos penaliza a las rentas más humildes que tienen menos poder adquisitivo pero la señora Salgado, titular de Economía y Hacienda, lo justifica pensando en nuestra salud, con la reducción del consumo de tabaco y menor contaminación por emisión de CO2. La realidad es muy distinta: no saben como atemperar el desbordado déficit público producido por la grave caída de las recaudaciones fiscales, los subsidios del desempleo y la muerte diaria de centenares de pequeñas y medianas empresas que pasan al vertedero de la historia. La subida de los combustibles es siempre una amenaza para la venta de automóviles. Con una mano nos subvenciona el gobierno la adquisición de un vehículo y con la otra nos lo quita.

Con las nuevas y catastróficas previsiones económicas para lo que resta del año y las nefastas del año 2010, la voracidad recaudatoria de este gobierno apenas ha comenzado. Los grandes damnificados de los gobiernos socialistas, como siempre, son las clases medias y el importante incremento en los niveles de pobreza de colectivos ligados al mercado laboral. El dinero del poder, que es el de los propios políticos, de las grandes fortunas y de los accionistas de las grandes empresas multinacionales nunca se toca, al contrario se incrementa, . Toda la razón le asistía a Winston Churchill cuando decía que el socialismo es el reparto equitativo de la miseria.