Llevo casi un mes dedicado intensamente, en mi escaso tiempo libre, a un extenso guión de contenido cinematográfico y no he podido emplear un solo minuto en escribir algo sobre "lo divino y humano" que pasa en España. En este tiempo han pasado muchas cosas en nuestra querida piel de toro. Entre ellas, el presidente “Zapatero”, en peligro de extinción , ha promovido un expediente en el Registro Civil para cambiarse su último apellido por el de “Aarón” y así ajustar la regulación jurídica registral a” la realidad social y al criterio objetivo”. Su pretensión de ser el primero. Amparado en su “suficiente juicio”, como dice la ley, ha modificado fonética y gramaticalmente su segundo apellido. ¡Viva el alfabeto!
Tras el mapa del clítoris y la denominación de “criaturas” a los recién nacidos el gobierno alumbra otra genialidad. Como no pueden ocuparse del pleno empleo que prometieron al inicio de la legislatura- el 21% de la población que reside en España está por debajo del umbral de la pobreza- nos distraen con esta nueva cortina de humo, el orden alfabético de los apellidos. La realidad social y el criterio objetivo del cambio de apellidos de “Zapatero” sería alguno de los existentes: “José Luis Trabajo Cumplido"
