viernes, mayo 14, 2010

Se buscan hombres de talento y audacia intelectual


Rodríguez Zapatero ha trepado hacia su máximo nivel de incompetencia, según el principio de Peter. El verdadero progreso se logra moviéndose hacia delante con talento, conocimiento e iniciativa en busca de una mejor forma de vida, en vez de hacerlo hacia arriba, hacia la incompetencia total. El presidente del gobierno español en su insensata escalada de incompetencia compulsiva está dejando a millones de víctimas en el paro, a autónomos y pymes sin ingresos económicos y sin esperanza de conseguirlos. Y a los demás al borde del precipicio. Ha proclamado, hasta la saciedad, que era el adalid de los derechos sociales y bajo las presiones de Bruselas y Estados Unidos ha aprobado un decreto con el mayor recorte social y ajuste brutal jamás conocido. Un plan de ajuste que pone en grave riesgo la estabilidad social y política. Un golpe seco a la protección social y a millones de familias que se encuentran en grave situación de precariedad o de exclusión social. Desde el principio de esta legislatura, entre los mayores gastos supérfluos que tiene el gobierno español, junto a otros miles, están los honorarios de los cientos de asesores de Rodríguez Zapatero. Por los hechos acontecidos, o son unos inútiles pertenecientes todos al condumio socialista o siendo buenos sus consejos, se los pasa el perínclito presidente por la entrepierna. En ambos casos deben irse a su casa y de paso, con su benevolencia, que se lleven a R. Zapatero. Hoy, en España, ni tenemos presidente ni tenemos gobierno. La desesperanza y la desconfianza lo invaden todo y las alarmas están sonando. ¿Qué autoridad moral o credibilidad tiene el pirómano que de forma súbita se convierte en bombero? ¿O el blasfemo en piadoso?

La ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado acaba de manifestar que España no llegará a los cinco millones de parados, con motivo del ajuste fiscal. ¿Qué confianza nos ofrece tan "honorable" señora cuando afirmó meses atrás que no íbamos a llegar a tres ni a cuatro millones de parados y ya estamos en cuatro millones seiscientos mil? ¿Cuántos meses han pasado desde que manifestó que habíamos tocado fondo y que ya aparecían los brotes verdes?

Es el momento para los bienaventurados del talento, la brillantez, la audacia intelectual, la imaginación creadora que como los genios sepan cambiar las ideas de los hombres y los colores de las cosas, que transformen el drama en poéma lírico y que todo lo que toquen se vuelva bello con una nueva forma de belleza. Si estos bienaventurados no están en la política que los busquen fuera de ella, en la sociedad civil.