domingo, enero 25, 2009

La perversión de la prensa


La crisis afecta a numerosos sectores incluída la prensa escrita que ha visto reducidos sus ingresos por publicidad. Mientras llega o no llega el "maná" del Gobierno para el sector, hay que ganar cuota de mercado a cualquier precio. Y los medios de comunicación han iniciado una loca carrera publicando noticias sensacionalistas ofreciendo información amarillista, transmitiendo mentiras, rumores sin verificar, banalidades y perversión. La ética y los códigos deontológicos del periodismo se han transformado en mero discurso retórico. La conducta del periodista está sometida a condicionamientos políticos y económicos. El manual de estilo está supeditado a las exigencias del mercado y a la cuenta de resultados. La independencia del periodista es una gran utopía. Se presiona sobre la orientación de la información. Las limitaciones a la libertad de expresión realizadas por las empresas, por razones ideológicas o económicas son constantes. Esta censura política o económica está generando un empobrecimiento de la calidad informativa.

Se informa sin intentar la búsqueda de la verdad a través del pluralismo. Y lo básico para la búsqueda de la verdad es contrastar la información y respetar la dignidad de la persona al amparo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Las acusaciones no se pueden demostrar porque son indemostrables pero los medios te acusan y en un juicio paralelo te condenan. Nada se fundamenta y la presunción de inocencia es una pantomima. Se crean noticias falsas y se difunden de forma intencionada. Los medios de comunicación han perdido la ética, la credibilidad y están perdiendo la confianza de los ciudadanos. Hay una profunda crisis de credibilidad periodística. Todos tenemos en mente manipulaciones informativas de los últimos meses. Hay emisoras y medios escritos que vulneran los límites constitucionales al derecho a la libertad de información y expresión. Su finalidad es difamar, insultar, ajustar cuentas o chantajear.

El auténtico profesional de la información debe diferenciarse de los periodistas sectarios, manteniendo su imparcialidad y sentido de la responsabilidad guiado por criterios y principios éticos. No obstante, distintos medios están realizando expedientes de regulación de empleo y las condiciones laborales de los periodistas son cada vez más precarias. El cumplimiento de los códigos de conducta que se remonta a 1821, durante la época del Trieno Liberal, es una quimera. Los que tenemos nuestros blogs escribimos con absoluta libertad y ninguna presión. No tenemos que servir a ninguna comunicación unidireccional ni a ningún señor que se llame Pedro J. Ramírez, Juan Luis Cebrián o Federico Jiménez. Mi libro de estilo es mi libertad de conciencia, el derecho a expresar libremente mis opiniones y a defender como Sócrates mis discrepancias huyendo de todo sectarismo en la búsqueda de la verdad no exenta de honestidad.

Intento que Mundanesca sea un espacio de independencia, pluralismo y libertad ejercida con responsabilidad. Aquí no hay ombudsman o defensor del lector. Cada uno hace los comentarios que quiere y expresa las quejas que le place incluida la crítica por el uso improcedente del lenguaje. Los medios son reacios a reconocer sus errores y tienden a esconderlos. Viven de la credibilidad que les concede el público y en este momento muchos la están perdiendo. Han arrinconado la ética de la responsabilidad que es la responsabilidad de sus acciones ante la sociedad. Nuestra Constitución consagra un derecho fundamental que se reconoce a todos los ciudadanos y no exclusivamente a los periodistas: derecho a comunicar o recibir libremente información veraz.

Decía Boileau que a menudo el temor de un mal nos lleva a caer en otro peor. Y la crisis está haciendo también estragos en la ética periodística.