En España tenemos un Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que cada mes realiza una encuesta entre los votantes y sondea la opinión política o estimación de voto entre los ciudadanos. La máxima responsable de este Centro dependiente de la vicepresidenta de Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, desde hace dos años, era Belén Barreiro, doctora en ciencias políticas y de comunión diaria con el Partido Socialista (PSOE). Una experta cocinera en la elaboración y manipulación de la información como el auto-denominado periódico independiente de la mañana. Su independencia fermenta también en el basurero del sectarismo.
Hasta el pasado 4 de agosto, y con la que está cayendo, la tendencia de voto era siempre favorable al PSOE o con apenas un punto a favor de la oposición, el Partido Popular (P.P.) Muy distinta a cualquiera de las demás encuestas de opinión. Pero en plena canícula agosteña se le fue la mano en la pimienta y tuvo la osadía de publicar una diferencia de voto de 6,3 puntos a favor del P.P. He buscado la causa de este cambio de tendencia en la "Arcadia feliz" llamada España y sólo he encontrado ésta. Los psicólogos afirman que el calor produce irritación, aumenta la agresividad y en algunas personas mucho negativismo y gran alteración. Con el sofoco veraniego, la directora del CIS ha perdido el auto-control en la manipulación de los resultados y ha sido destituida de forma fulminante por la vicepresidenta del gobierno. Si se ha atrevido a publicar esta diferencia de voto. ¿Cuál sería la realidad? El sustituto, Ramón Ramos, catedrático de Sociología habrá aprendido la lección de María Teresa Fernández de la Vega. Manipulación y adulteración de la información o ¡dimisión!
