sábado, septiembre 13, 2008

El Arte vanguardista. ¿Verdad o fraude?


En numerosas ocasiones hemos visitado la exposición de pintura o escultura de un autor contemporáneo denominado vanguardista o hemos escuchado una composición musical de plena actualidad o leído el último best seller recomendado, o asistido a la última película u obra de teatro de la cartelera y nos han creado adicción o repulsa. En este último caso, el calificativo más suave que utilizamos es grotesco o ridículo. Posiblemente no hemos entendido su significado o en término coloquial "nos han tomado el pelo". El Arte vanguardista ¿es verdad o es un fraude?

Mantenemos con frecuencia en una discusión racional que el arte o el artista deben revelar la realidad o expresar la verdad o estimular nuestros sentimientos o emociones. Parece que en las artes todo tiene que tener un significado y algunos "avanzados" afirman que hay que estar abiertos a las nuevas corrientes y tener frente a ellas una actitud positiva y nunca crítica aunque lo que se nos ofezca sea un bodrio o una extravagancia. El arte contemporáneo de todas las disciplinas debe conocerse, entenderse y valorarse.

El punto de partida de toda obra de arte es la experiencia estética. ¿Hay algún criterio para distinguir lo estético de lo no estético? El diccionario de la Real Academia define la estética como la ciencia que trata de la belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte. Y si la denomina como ciencia es porque hay un conocimiento cierto por sus principios o causas y deberían existir unos cánones perfectamente establecidos con límites claramente definidos para distinguir la fealdad y la belleza. Pero dudo o incluso rechazo que la estética sea una ciencia ni pueda definirse como tal. La actitud estética se define, por el contrario, en términos afectivos o emotivos, sensación de irrealidad o simple placer o de "equilibrio". Jamás nos expresamos en términos de ciencia artística sino de sensibilidad artística. En el arte, los valores vitales son más importantes que los valores de superficie o de forma aunque hay ciertos "puristas" que lo niegan. Frente al arte no hay un pensamiento convergente o científico sino que éste provoca y potencia un pensamiento divergente. Hay varias respuestas posibles y todas igualmente válidas. La verdad objetiva del arte entró en crisis en el siglo XX. Pero en todo acto creador debe haber una voluntad de verdad, objetiva, emocional u ontológica. Al margen de las distintas respuestas, ¿existe un concepto claro de lo que es arte?

Uno de los personajes de la película "Manhattan" opinaba que "la esencia del arte está en proporcionar el medio de acercarnos a nuestros sentimientos y por lo tanto, es indispensable para la vida de la humanidad". Mediante la palabra se transmite a los demás nuestros pensamientos y mediante el arte nuestras emociones, decía Tolstoi. El arte tiene dos principios fundamentales: "la forma" derivada del mundo orgánico que es el aspecto objetivo, universal de todas las obras de arte y "la creación" de la mente humana para generar símbolos, fantasías, mitos. La forma es una función de la percepción; la creación es una función de la imaginación. Cada modelo cultural tiene una naturaleza estética y distinta consideración de la belleza. Pero en todos los modelos hay que encontrar un equilibrio necesario dentro del carácter interdisciplinar. En mi opinión, no vale todo ni cualquier supuesto. La educación artística tiene un papel primordial en la formación personal y es producto del fenómeno cultural, de la mentalidad social, de un tiempo, de un sistema en el que la persona está inmersa como artista y como consumidor. Pero en muchas de las expresiones vanguardistas del siglo XXI se ha sacralizado la banalidad, la mediocridad, la estupidez y la casposidad del pseudo intelectual promocionadas con estrategias de marketing y hay que volver a una ética de la estética. Decía Emilio Castelar: "Lo ideal, sentido con profundidad y expresado con belleza; he ahí el arte"