sábado, enero 30, 2010

¡Es la economía, estúpido! Elecciones, ya


Racionalmente, no apruebo muchas de las cosas que hace este gobierno español pero no puedo impedirlo. Valoro y admiro a las personas con autoridad moral e intelectual que en política tienen sentido de Estado, sean de cualquier signo político. Pero siento que estamos dominados por cerebros "límbicos" o arcaicos y no por cerebros racionales. ¿Dónde está el sentido común de los políticos? ¿Dónde queda la responsabilidad colectiva? Acepto que algunos o muchos piensen de forma distinta a la mía y que sean seguidores o incluso fanáticos de Rodríguez Zapatero, como lo puedan ser del Barça o del Madrid, de los que no se cambia nunca, pero los hechos y las cifras económicas se constatan. Son indiscutibles. Las de España son de terror. La mayor preocupación de la UE es España y su crítica situación. Con este Gobierno estamos abocados a un fracaso colectivo. Los sindicatos, la incompetencia y la improvisación tienen cogido al presidente de Gobierno por los testículos y le tienen sin aliento y sin capacidad de reacción. Y ante la falta de aliento e iniciativa, en una democracia hay que acudir a los ciudadanos y que el pueblo decida. ¡ELECCIONES YA¡

sábado, enero 16, 2010

El "Crash" del Estado español


La economía del Estado español está más cerca del crash que del cash pero nuestro demiurgo presidente de Gobierno viaja en los próximos días a Washington al Desayuno Nacional de Oración para en trance tan angustioso encomendarse a la omnipotencia divina. Lo cierto es que, según los expertos, España posee el récord de quiebras. El Estado español ha quebrado en trece ocasiones. Siete durante el Siglo XIX y otras seis durante los tres siglos anteriores. Y puede llegar la decimocuarta.

En el riesgo de impago, las agencias de calificación nos colocan en el rating a la altura de México, Polonia, Perú o Brasil. Con esta clasificación y los fuertes desequilibrios que hipotecan nuestro futuro, a Rodríguez Zapatero sólo le queda rezar aunque sea agnóstico. España cerrará el Ejercicio 2009 con un déficit público próximo al 12% del PIB. Y en tres años tiene que bajarlo al 3%. Al principio de la crisis, la deuda pública representaba el 39% del PIB, en el año 2011, según la Comisión Europea, representará el 74% del PIB. Entre 2008 y 2011 el endeudamiento público habrá crecido en España un 86% mientras que en la eurozona lo habrá hecho un 27%.

Esta grave situación tiene alarmadas a las agencias de rating. Después de Grecia e Irlanda, España es el país de la UE con mayor deterioro en sus cuentas públicas. El Estado tiene que pedir prestado en los mercados financieros algo más de 10.000 millones de euros todos los meses para financiar el déficit público insostenible. La factura de la deuda creciendo exponencialmente, los ingresos impositivos disminuyendo vertiginosamente un 48% y la solvencia del Reino de España por los suelos. Estamos a niveles de recaudación de hace diez años. Y como solución imaginativa, el Gobierno decide incrementar los impuestos que gravarán las rentas de las clases medias y de las pymes, en lugar de contener drásticamente el gasto público improductivo y ayudar a las pequeñas y medianas empresas a mantener los puestos de trabajo y evitar el cierre. En dos años y medio se han destruido dos millones de puestos de trabajo. Esto supone un gasto público de 35.000 millones de euros al año, el 3,5% del PIB. La subida de impuestos va a generar una mayor opacidad fiscal e incremento de la economía sumergible y no va a recaudar las cantidades previstas.

Algunos analistas próximos al Gobierno afirman que es exagerada la opinión de que España no pueda conseguir préstamos en los mercados o no pueda hacer frente a la deuda, pues su porcentaje de endeudamiento sobre el PIB es inferior a los grandes países de la UE y todavía puede endeudarse más. Pero lo importante no es el volumen total de deuda, sino la capacidad de pago del deudor. Un endeudamiento bajo o alto sin recursos financieros para el pago lleva a la quiebra. Y lamentablemente, España se encuentra en situación de recesión con serias dificultades para crecer por encima del 1% en dos o tres años y con tipos de interés que crecen por encima de lo que lo hace el PIB con lo que aumenta la prima de riesgo. Esto quiere decir que nuestra deuda crece más que nuestra capacidad de pago.

¿Quién va a prestar a España en esta grave situación cuando el BCE cierre próximamente el grifo ilimitado y barato de la liquidez al sistema bancario español? Pero lo importante, como en el estrépito del Titanic contra el iceberg, es que la orquesta siga tocando hasta el final. Que en la advertencia del peligro de bancarrota no se descomponga la puesta en escena. Y que pasemos de la sorpresa al asombro y de la perplejidad al desconcierto.

sábado, enero 09, 2010

La Vera, habitación de los dioses


Plasencia fue una ciudad-fortaleza medieval grandiosa y gloriosa fundada por Alfonso VIII a finales del siglo XII, amurallada en su totalidad como Ávila. Urbem aedifico, cui Placentia (ut Deo placeat et hominibus) nomen imposui. "Por lo cual yo, Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castilla y de Toledo, juntamente con mi esposa la reina Leonor y con mis hijas las infantas Berenguela y Urraca, para gloria de Dios, en el lugar que antiguamente se llamaba Ambroz, edifico una ciudad a la que pongo el nombre de Plasencia para que agrade a Dios y a los hombres."

Tenía sesenta y ocho torres o cubos de gran altura construidos con bloques irregulares de piedra de granito unidos mediante mortero de tierra, cal y pequeñas piedras, con siete puertas de acceso que la hacían casi inexpugnable a los ataques de los musulmanes: Puerta del Sol, de Talavera, Postigo de Santa María, Puerta de Trujillo, de Coria, Puerta Berrozana y la Puerta del Postigo. Era un cercado de doble muralla con un muro alto y otro exterior más bajo, barbacana, separados por un foso. En la parte alta de la ciudad, en el lado nordeste de la muralla, se encontraba la Fortaleza o Alcazar, hoy totalmente desaparecido. Tenía planta cuadrada con una torre cilíndrica en cada ángulo, cercado por tres muros y un foso de agua que le rodeaba. Destacaban dos torres de la muralla de planta cuadrada, una la torre de la Reina y otra la torre Lucía, o de la luz o del fuego, así denominada porque en ella se encendían las hogueras para avisar a los vecinos en los momentos de peligro. Es deplorable la rehabilitación que ha realizado la administración actual de algunas de las puertas o cubos de la histórica muralla placentina con moles de hierro grotescos y sin sentido, adosados a los muros.

Plasencia tenía un amplio territorio jurisdiccional que comprendía tres sexmerías: La de la Vera, la del Campo de Arañuelo y la del Valle y Transierra. Fray Alonso Fernández en su libro "Historia y Anales de la ciudad y obispado de Plasencia" expresa que la Vera es de los sitios más deleitables, amenos y fértiles que hay en España. Y si los griegos creyeron que estaban en España los Campos Elíseos, habitación de los dioses y premio de los varones justos, a ninguna tierra se podía atribuir con mayor fundamento que a la Vera. Homero escribió que los Campos Elíseos estaban en estos reinos y lo refiere Estrabón. Estas tierras producen en abundancia regalos de diferentes géneros con aires y aguas saludables que todo lo sustenta, deleita y recrea.

En el siglo XII, la Vera estaba formada por diecisiete villas o aldeas con casi cinco mil vecinos, en doce leguas de largo y dos-tres de ancho. La parte alta estaba poblada de bosques de castañares, nogales y avellanos y en la parte baja y quebrada abundaban las viñas, los olivares, los higuerales y toda clase de árboles frutales rodeados de numerosas gargantas y arroyos de agua, fríos, cristalinos y repletos de deliciosas truchas.

El obispado de Plasencia fue creado por el papa Clemente III, el 13 de marzo de 1188, bajo la autoridad metropolitana de Santiago. Tenía un amplio territorio diocesano que se extendía desde Bejar hasta el valle de la Serena.