domingo, diciembre 16, 2007

Nuestros antecedentes Vetones en el Raso


"Cuenta Estrabón la anécdota que unos guerreros vetones al ver a unos soldados romanos pasear delante del campamento pensaron que eran locos pues creían que el hombre cuando no se halla en pelea está sin hacer nada, descansando." Estrabón fue geógrafo e historiador griego nacido en Amasía en el año 63 a. C., ciudad de Ponto (en la actualidad pertenece a Turquía). Gran viajero. Su insigne obra es la Geografía, una descripción del mundo como se conocía en la antiguedad.

Los vetones son conocidos dentro de la cultura Cogotas II o de los verracos que se inicia en el siglo V a. C. como evolución de la cultura de la Edad de Bronce denominada Cogotas I con influencia de movimientos indoeuropeos. En el caso de El Raso, pudiera tratarse de Eburones, pueblo celta del sur de los Paises Bajos que se establecen en este siglo. El origen del nombre vetones, según Manuel Salinas de Frías, se identifica con el vocablo celta uikta que significa lucha. La traducción del término vetones o vettones (las dos Tes es un grupo consonántico que no existe en el castellano actual) tiene el significado de hombres de la guerra, luchadores o guerreros. Los primeros restos del asentamiento de El Raso se descubrieron en 1934. El poblado se encuentra sobre el monte llamado del Freillo a 790 metros de altura, un lugar estratégico, con unas vistas admirables de la Sierra de Gredos, del río Tietar, de la garganta de Alardos y del propio Madrigal. El yacimiento tiene diferentes partes: en la zona más alta del poblado se encuentra la Muralla un poco más abajo la Necrópolis y en la unión de la garganta y el río el Santuario. La vida del poblado se extendió hasta mediados del siglo I a. C. muy avanzada la época romana. Tenía una superficie próxima a 15 hectáreas con cerca de 600 casas y alrededor de 3.000 habitantes. La zona amurallada les protegía de los ataques enemigos. En la necrópolis enterraban a sus muertos. Les incineraban y con sus cenizas enterraban sus pertenencias. Creían en otra vida después de la muerte. Rendían culto a la naturaleza y a sus poderes y tenían gran respeto a los mayores. El lobo tenía carácter protector. En los enterramientos se han observado señales de grandes diferencias sociales. Había distintos clanes o familias con gentilicios distintos. Su matrimonio era monogamo y su régimen, patriarcal con presencia de clases o grupos de edad que regían el poblado por medio de consejos de ancianos o de guerreros. Tenían un alto índice de mortandad causado por la falta de higiene, la malaria y las fiebres de malta. La edad media de vida se situaba en 26 años en las mujeres y 33 años en los hombres. En el santuario adoraban al dios Vaélico, dios de las armas. Ejercían el culto mediante danzas y sacrificios. El poder lo ejercía una aristocracia militar de guerreros.

Su base económica estaba constituida por la ganadería, especialmente los cerdos, las vacas y los caballos, seguida de la agricultura y los metales, en especial el oro y el estaño. El cerdo y el ganado vacuno fueron muy importantes, tal y como se reflejan en sus esculturas, las denominadas verracos. También fueron importantes los caballos por los numerosos bocados encontrados en los enterramientos de Cogotas, La Osera, Cardeñosa y El Raso. La importancia de la caballería destaca además en la aparición de defensas de piedras clavadas delante de las murallas para evitar los ataques de la caballería. La agricultura fue complementaria, pues se han encontrado indicios de molinos y aperos de labranza. Se alimentaban de bellotas y castañas. Estrabón decía: "Los habitantes de las sierras viven durante dos tercios del año de bellotas que secan, trituran y después muelen para hacer pan, que conservan largo tiempo". Por el propio Estrabón conocemos que no hacían más de una comida al día. Se alimentaban asimismo de carne de cerdo, cabra y oveja. Su caza era el ciervo y la cabra montés. Confeccionaban sus vestidos con materiales de origen vegetal tejidos de lana y animal, pieles de cabra. Era un pueblo hospitalario. La vida familiar se hacía en torno a la cocina. El hombre cuidaba los animales y cultivaba el campo. La mujer realizaba las tareas domésticas, tejía y realizaba los vestidos para toda la familia. Amaban la música y la danza. Su cultura fue absorbida por la cultura romana y con posterioridad por el cristianismo. No obstante han quedado algunas costumbres o tradiciones de esta época en Madrigal y en los pueblos del entorno de los que haremos mención en otra ocasión.