Son numerosos los mexicanos que diariamente visitan mi blog desde las distintas ciudades y pueblos de México y a los que personalmente deseo manifestar mi agradecimiento. México es un país fascinante al que he estado vinculado profesionalmente durante más de 20 años y en el que tengo entrañables amigos a los que recuerdo con gran afecto y cariño. He leído y escuchado que las relaciones entre España y México, a lo largo de la historia, han sido controvertidas pero en ningún lugar del mundo he sentido la presencia española como en México. No soy nacionalista, ni denigro de lo ajeno para fortalecer lo propio, ni reniego de mi condición de madrigaleño, extremeño y español por razones obvias. Lo contrario sería una estupidez o un complejo de inferioridad inconfesable. Pero me encuentro muy bien en numerosos países del mundo y México es uno de ellos.
En alguna ocasión he vivido un debate dialéctico apasionado -con gran respeto y tolerancia- sobre las relaciones históricas entre España y México de alejamiento y cercanía, de atracción y rechazo, de continuidad y ruptura, de amor y odio. Pero en toda dinámica amorosa existe este magnetismo positivo-negativo. El historiador mexicano Fernando Valero acostumbraba a decir que "Cada generación tiene derecho a escribir su propia historia". Y, pese a ella, es mucho más lo que nos une e identifica que lo que nos aleja, sin importar tiempo ni espacio. Y nadie puede negar que el fruto del amor hispano-mexicano es el mestizaje. Añadimos escenas extremeñas de un pasado común compartido como es la Virgen de Guadalupe y otras muchas afinidades que empiezan y continúan en Hernán Cortés y La Malinche. Y en los nuevos tiempos "las leyendas negras o blancas" -¿Qué pueblo del mundo no las tiene?- traen señas o símbolos de una nueva identidad y fortaleza entre México y España. Todos en la vida aprendemos de nuestros errores propios y analizamos con equidad no exenta de benevolencia los de nuestros antepasados.
Me gusta el alma colectiva del pueblo mexicano, su identidad, conciencia social, autenticidad y sentido de la creatividad y la estética. Me identifico con la definición de "raza cósmica" que hace su gran "Maestro" José Vasconcelos, producto del mestizaje y del hibridismo étnico y cultural. Las grandes civilizaciones han sido fruto del mestizaje: Grecia, India, Alejandría, Roma. Fue uno de los intelectuales más distinguidos en los años de la Revolución Mexicana. Las generaciones actuales son síntesis de culturas con sus formas y filosofía propia de pensamiento. Me fascina la pintura muralista mexicana de Rivera, Orozco y Siqueiros de gran realismo expresionista, revolucionario e inconformista con sus temas indígenas, mestizos y la fuerza de sus formas; y su cultura prehispánica: maya, zapoteca,azteca, mixteca. Aprecio en sus términos su filosofía del nacionalismo cultural y su pedagogía de "aprender haciendo" que tanto inculcaron los pedagogos del siglo XX, la denominada Escuela Activa en la que se aprende trabajando, observando y experimentando.
La popular canción que tantas veces he cantado: México,lindo y querido ha sido el título de mi blog esta semana. Creo que refleja el sentimiento y el cariño de tantos amigos mexicanos por su tierra:
México, lindo y querido
si muero lejos de ti
que digan que estoy dormido
y que me traigan aquí
Que digan que estoy dormido
y que me traigan aquí
México, lindo y querido
si muero lejos de ti....
1 comentario:
Vamos a ver, querido Mundanesca, voy a echar mi cuarto a espadas. El hibridismo cultural, el indigenismo, la defensa de las culturas precolombinas (en su mayoría atroces) suenan a relativismo moral, buenismo progre del más puro aroma zapateril. En realidad México es uno de los países más desdichados desde el punto de vista político, social y cultural (rancheras aparte que a mí también me encantan). Por ejemplo, el tan admirado presidente Cárdenas fue uno de los políticos más corruptos de la historia de México. La persecución religiosa fue de una brutalidad absoluta. Y en arte, qué decir de la pintura de los muralistas. La de Orozco y Tamayo no la conozco, pero la de Rivera y Siqueiros es un espanto. Rivera y Frida Kahlo, ¡menuda parejita! Octavio Paz, muy educadamente, habla de “la nociva influencia moral y artística de la ideología comunista en la pintura de Rivera y Siqueiros”. En mi opinión el momento presente necesita, más que del mensaje multicultural, del afianzamiento de nuestra tradición occidental. Leo Strauss en su extraordinario libro “El renacimiento del racionalismo político clásico” lo expresa claramente cuando escribe:”tenemos que ser conscientes de que la vitalidad y la gloria de nuestra tradición occidental son inseparables de su carácter problemático, puesto que esa tradición tiene dos raíces, consistente en dos elementos heterogéneos, dos elementos que en última instancia son incompatibles entre sí: el elemento hebreo y el elemento griego. (…) Tanto la filosofía como la Biblia afirman que, en definitiva el hombre necesita una cosa, y sólo una. Pero la única cosa necesaria proclamada por la Biblia es exactamente lo opuesto de la única cosa proclamada por la filosofía griega. Según la Biblia, lo único necesario es el amor obediente, según la filosofía, lo único necesario es la indagación libre. Toda la Historia de Occidente puede interpretarse como el intento siempre reiterado de lograr un compromiso o una síntesis entre estos dos principios antagónicos”.
Un abrazo de tu compi del fútbol. E.
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