sábado, marzo 28, 2009

La deflación hunde a las pymes, a los autónomos y a las familias



¿Es consciente Rodríguez Zapatero de la deflación que pronostican para España los organismos internacionales económicos más acreditados? En español, la mayor parte de los términos económicos negativos terminan en ión como inflación (incremento general de los precios), depresión (caída de la producción y aumento del paro forzoso), corrupción (abuso en la aplicación de un contrato, tanto público como privado), desbudgetización (desintegración presupuestaria) -posiblemente no admitida por la RAE- desindustrialización (declive de la actividad industrial), deslocalización (instalación de industrias en países de bajo coste), devaluación (modificación a la baja del cambio oficial de una moneda), recesión (freno o descenso de la actividad económica y caída de la producción), estanflación (coexistencia de inflación, caída de la actividad económica y paro elevado). Nos faltaba una plaga económica que prácticamente ha llegado: la deflación.

No soy una persona de posiciones radicales y políticamente me encuentro alejado de conductas extremas pero el presidente del gobierno español es un marinero de agua dulce y como responsable de una España en peligrosa crisis no está dando la talla. En esta difícil singladura necesitamos un marinero avezado que en medio de alta mar y con olas gigantes conduzca el barco a un puerto seguro. Tengo la intuición de que en meses puede ser enviado al vertedero de la historia. La grave situación financiera por la restricción de créditos a los autónomos, pymes y familias, y la morosidad privada y pública están devastando el tejido empresarial. El pasado jueves 26 de marzo ante el Congreso de los Diputados, estaba prevista una concentración silenciosa de autónomos y pymes pero la tensión y la desesperación de muchos hizo trizas la formalidad y se exteriorizaron los gritos de dimisión contra Zapatero y el calificativo de inútiles contra el Gobierno. La presión sectorial es tan fuerte que a pesar de los subvencionados sindicatos CCOO y UGT, muchos trabajadores se van a echar por libre a la calle en los próximos días como ha ocurrido con los autónomos y pequeños empresarios que lo han hecho al margen de la vergonzosa e indigna CEPYME presidida por un incompetente electricista.

¿Qué nos trae la última epidemia bíblica llamada deflación? Llega acompañada de una importante caída de la demanda como consecuencia del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y de una grave crisis financiera. La caída de la actividad arrastra a los precios hacia tasas negativas y a los intereses nominales a nivel de cero, claramente ficticio. Disminuye el precio de los activos que garantizan los préstamos, aumenta el valor real de la deuda y como consecuencia se producen incrementos de impagados e importantes quiebras que aumentan la morosidad de los bancos y debilitan sus cuentas de resultados. Ante este horizonte, los bancos aumentan las primas de riesgo y las tasas de interés reales que cobran por sus créditos, disminuyen y seleccionan más su oferta de préstamos, restringen la liquidez del sistema y agravan la recesión que produce unas tasas de destrucción de empleo jamás conocidas. Entramos en un círculo vicioso de difícil salida pues el empeoramiento de la recesión agrava la deflación.

En los bancos, al margen de sus campañas publicitarias, el aumento de la oferta monetaria se mantiene en efectivo y no en préstamos a empresas o familias y así no ayudan a reactivar la actividad. Los bancos tienen alta aversión al riesgo. Por otra parte, los ingresos de las familias endeudadas se dedican a reducir deudas y no a consumo, y las no endeudadas al ahorro. La grave crisis de la economía real está en sus inicios y el gobierno de España no reacciona o lo hace con timidez y sin planteamiento de alternativas. La deflación en España era un fenómeno casi olvidado y los síntomas nos conducen a ella. La recesión va a ser larga, la competitividad de nuestra economía es baja y la deflación nos hunde en la miseria. El premio Nobel de Economía Paul Krugman en su reciente visita a España ha puesto la guinda sobre el "pastel". Las perspectivas económicas de España "son aterradoras". ¿Se habrá enterado nuestro cándido y simple Presidente?

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